
Y no es extraño que, a lo largo
del plazo abierto, reciba correos de autores que me preguntan si les es posible
revisar sus relatos una vez han sido enviados, que no han tenido tiempo a
hacerlo mejor o, incluso, que les sustituya relatos ya enviados por versiones
posteriores.
Pues bien, os diré lo que pienso
al respecto. Cuanto mejor enviado esté un relato mejor. Y por ello muchos de
vosotros estáis viendo que os estoy ayudando con vuestros trabajos: resuelvo
dudas, sugiero cambios, sustituyo relatos ya enviados… me comporto, en
definitiva, de un modo poco habitual en este tipo de convocatorias; más como un
lector y escritor que como un editor, porque nuestro objetivo es hacérselo lo
más difícil posible a los jurados y lo más fácil posible a los editores.

Pero también veo que son muchos
los autores que me envían relatos recién escritos, acabados de cerrar. Pero,
ahora que tenemos más tiempo, quisiera pediros algo que es vital para cualquier
autor y cualquier narración: dejad descansar los relatos.
Si lo acabas de terminar,
aprovecha el subidón para disfrutar el momento, descansar y pasar a otra cosa;
no para enviarlo. En lugar de ello, deja el relato guardado un tiempo, porque
su proceso aun no ha terminado.

Los relatos necesitan un momento de creación seguido de bastante reposo. Enviadlos solo después de estar seguros de que el resultado es pulcro, elegante y bien rematado.
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